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19El monumento a Leuchtenberg

El monumento a Leuchtenberg, instalado a la izquierda de la nave transversal, aparece como un elemento extraño al templo. Augusta Amalia, hija de Maximiliano José, primer Rey de Baviera, lo hizo erigir en honor a su esposo Eugenio Napoleón, fallecido en 1824. El escultor danés Bertel Thorvaldsen tuvo a cargo la figura del duque: se trata de un héroe que se ha despojado de su armadura y de su corona de laureles. Así se despide de la vida. Clio, musa de la historia, registra sus acciones. Los genios de la vida y de la muerte, obra de Pietro Tenerani, discípulo de Thorvaldsen, sostienen en sus manos unas antorchas, la luz de la vida. Por encima de la puerta que conduce hacia fuera de este mundo se lee la divisa del difunto: “Honneur et fidélité”, honor y fidelidad.
Al monumento le falta un vínculo con el espacio, con las otras imágenes y figuras, con la proclamación de la fe cristiana. Es una obra de arte aislada, sin relación con el conjunto.